La crisis ha cambiado los hábitos de consumo de la gente. Entre las nuevas tendencias que están surgiendo, emerge con fuerza un perfil de gente que son conocidos como consumidores «rebeldes». Pero… ¿Contra qué se rebela este perfil de gente? En resumidas cuentas se revela contra las grandes empresas, mostrándose altamente crítico con su rol social. Este «consumidor rebelde» no es una persona radical, ni pertenece a un colectivo residual, sino que este modelo de consumidor lo componen en la actualidad uno de cada cuatro personas , ni más ni menos que el 25% de la población según el estudio realizado por la empresa MyWord, especializada en investigaciones y analisis de mercado.
La directora de MyWord, Belén Barreiro, comenta que «esta nueva actuación de ruptura entre consumidores y corporaciones es, en cierta forma, similar a la que se estamos viendo en la política actual, entre los ciudadanos y los partidos tradicionales. La sociedad que está siendo duramente golpeada por la crisis no solo no se resigna, sino que se ha vuelto más activa y cooperativa: se organiza y busca alternativas por sí misma», indica Barreiro.
Este tipo de consumidor rebelde está totalmente mentalizado a comprar productos y muebles de segunda mano y por otra parte poner a la venta artículos que ya no utiliza.Entonces ¿De que forma ha modificado sus hábitos cuarta parte de nuevos consumidores ? Uno de cada tres, ha cambiado su lugar de compra habitual de productos alimentarios, buscando sobre todo precio, no importándole la compra de productos de marca blanca, es más, en este momento componen la mayor parte de la cartera de compra de estos clientes.
La crisis también ha generado otro tipo de cambios, como la percepción del consumo. Por ejemplo, este tipo de consumidor no suele tirar comida en casa, y se organiza mucho para optimizar sus recursos. La gran diferencia existente entre los usuario rebeldes y el resto que no han sufrido cambios en su comportamiento, es que el 66% de los primeros denuncian el funcionamiento del actual sistema de consumo, mientras que solo el 22% del grupo que no ha sufrido cambios lo hacen. Incluso se ha puesto de moda, un hábito que en muchos países más ricos y más razonables se hacía, que es llevarse el exceso de comida que no se ha comido en un restaurante. Ya es habitual en el sector de la hostelería que nos indiquen si deseamos llevarnos la comida que no hemos comido. En definitiva, se trata de no tirar comida que es buena.
Podemos ver un perfil de comportamiento nuevo en Arantxa, una farmacéutica de 37 años: «Busco la marca blanca, no tiro comida y he comprado muebles de segunda mano» La crisis ha conseguido que las prioridades de muicha gente se modifiquen en gran medida. En el caso que hemos comentado, afirma que nunca fue tan consciente como en la actualidad de la importancia que tiene un consumo responsable: “La parte buena de esta crisis es que nos ha hecho reflexionar a todos. Es como una etapa nueva, que nada tiene que ver con la de antes del 2007. Normalmente compro los libros de segunda mano para los niños, asi como otros artículos que suponen una ventaja el adquirirlos de segunda mano.
Otro aspecto que se está normalizando en España a través de la crisis es el alquiler, no muy bien visto hasta hace pocos años. Vivir de alquiler es otra opción y forma de vida con menos ataduras y compromisos económicos. Las necesidades de una familia que vive de alquiler son sobre todo prácticas, hay empresas como Vacia tu Casa que gestionan la compra y venta de muebles de segunda mano en Madrid. Sin duda una empresa muy útil para este tipo de familias que necesitan vender sus muebles porque deciden mudarse a otra vivienda o porque necesiten comprar muebles sin gastarse mucho dinero para su nueva casa.
Este tipo de consumidor ha propiciado la existencia de nuevas empresas que antes no tenían cabida en nuestra sociedad, y que tras hacernos recapacitar han llegado para quedarse.