mejores hipotecas

Como alcanzar las mejores hipotecas

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Otro aspecto en el que se van a fijar los bancos, es en nuestro historial crediticio, esto es, en los créditos que hayamos pedido durante nuestra vida y en los que tengamos aún actuales. De este modo, si tenemos firmados otros préstamos, nuestras opciones de hacernos con una hipoteca van a ser más bajas.

Diferencias entre las hipotecas fijas y las variables

La diferencia más señalada entre las dos clases de las mejores hipotecas más populares, es de qué manera puede evolucionar su interés a lo largo de la vida del contrato. De esta forma, como el tipo de las hipotecas fijas es un valor incesante, podemos saber desde el comienzo cuál va a ser el costo de todas sus cuotas mensuales, algo que nos va a ayudar a planear mejor los pagos. En cambio, el interés y las mensualidades de los préstamos a tipo variable, sí pueden padecer cambios periódicamente en función de las fluctuaciones del índice al que esté referida la hipoteca.

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Debido a la revolución experimentada hace poco en el ámbito de las hipotecas a interés fijo, estos productos han ganado mucha popularidad. Por este motivo, si deseamos saber cuál puede ser el préstamo más recomendable para nosotros, es esencial conocer cuáles son todas y cada una de las diferencias entre el tipo fijo y el tipo variable:

Tipo de interés incesante
El tipo de interés, es el primordial aspecto que determina cuál va a ser el costo total y mensual de una hipoteca fija, variable o bien mixta. En las hipotecas fijas, como nos señalan en  fercogestion.com/es/, el interés es un valor que se mantiene incesante a lo largo de toda la vida del producto, toda vez que no cambiemos algún punto del pacto. En consecuencia, si firmamos uno de estos créditos, vamos a saber desde el comienzo cuál va a ser el importe preciso de todas y cada una de las cuotas mensuales, como cuánto dinero va a haber que pagar en suma para amortizar íntegramente la hipoteca.

Esta es la primordial diferencia con las hipotecas variables tradicionales, que tienen en su interés un índice de referencia, como es el euríbor. Este índice oscilará a lo largo de toda la vida de la hipoteca, con lo que la cuota de la hipoteca cambiará tras cada revisión conforme haya aumentado o bien disminuido el índice del contrato hipotecario.