La sexualidad es una parte natural de llas personas, pero en la adicción a las webcams porno y otras formas de fantasias sexuales, se convierten en una prioridad que se cruza en la vida diaria, en el trabajo, afecta a las relaciones personales y sociales y, además, provoca ansiedad, estrés y arrepentimiento, entonces se origina en un gran problema.
La adicción sexual se conoce como: «Conducta defectuosamente compulsiva; tendencia sin voluntad, irrefrenable, reiterativa e irreflexiva, llevada a establecer un tipo de relación sexual estereotipada de la que queda una muy grande sensación de insatisfacción».
La «adicción» a todo lo que implica al sexo, acompaña todas las cosas de la vida de la persona y comienza a ser fuente de displacer en el momento en que el afectado pierde el control de la situación tal como plantea su fantasía, permitiendo que lo aventurado, por explorar y divertido de toda relación, se inclina a convertirse en malestar. Esta manifestación nos lleva a una conducta repetitiva, que intenta calmar la ansiedad por vía inadecuada, mediante la cual, ipso facto produce más malestar y ansiedad de la que se tenía. Momento en el que produce el rechazo a uno mismo, al comprobar que tal conducta no sólo no calma la ansiedad, sino que provoca una fuente inagotable de problemas.
Las personas con este trastorno poseen problemas laborales, familiares, económicos y sociales por su adicción, puesto que su comportamiento sexual les inclina a acudir con frecuencia a prostíbulos, comprar artículos pornográficos, poder ver en directo sus fantasías, llamadas constantes a líneas eróticas o a mantener relaciones sexuales con desconocidos incluso sin protección, haciendo que su vida gire en torno al sexo, sin sentir en la mayoría con múltiples parejas heterosexuales u homosexuales, encuentros con personas desconocidas, uso de pornografía, prostitución o líneas eróticasde las veces ningún tipo placentero, sino culpabilidad y sufrimiento. No puede describirse a través de una sola manera de comportarse, ya que puede disfrazarse como una o varias de estas formas: masturbación compulsiva, relaciones .
Otra de las características de esta dependencia es que incluso, a veces, no todo es sexo, puede combinarse con etapas de diversa duración, sin conductas sexuales problemáticas.
Lo normal, es que se presenten más casos de hombres que de mujeres. Algunas hipótesis se aproximan hacia una explicación cultural, social y educacional. Más facilidad en el acceso a la práctica sexual, con necesidades de cuantificar la sexualidad y creencia en mayor parte que esto es, lo que se espera de un hombre.
El comportamiento sexual compulsivo se produce, en la mayor parte de los casos, en la mente, donde las fantasías sexuales, los sueños y los pensamientos eróticos se convierten en la manera de escape de los problemas laborales, las relaciones acabadas, la poca autoestima, la insatisfacción personal u otros conflictos de la vida.
La «doble vida» suele ser una característica del comportamiento adictivo. Entonces cuando comienzan las mentiras, las que se cuentan a ellos mismos con el fin de tener el convencimiento de que todo está bajo control: («Ésta es la última vez»), y las que cuentan a los demás, para ocultar sus conductas. Las personas adictas a cualquier tipo de tema sexual, desarrollarán diferentes estrategias para engañar a terceros y particularmente a sus parejas. Su problema les avergüenza porque saben que no pueden parar sus impulsos y esto les provoca grandes sentimientos de impotencia y sufrimiento.
No tenemos hasta la fecha datos disponibles, pero algunos de estos problemas se han calculado por el National Council of Sexual Addiction (NCSA) de EEUU: un 40% pierde a su pareja, otro 40% sufre embarazos no deseados, un 72% tiene clara obsesión sobre suicidarse, un 17% ha intentado quitarse la vida, un 36% aborta, un 27% tiene problemas laborales y un 68% tiene peligro de contraer el sida u otras enfermedades de transmisión sexual.