Parece que las tornas están cambiando, los problemas ocasionados por los compromisos hipotecarios en los últimos años, están provocando un cambio a la hora de vivir en una casa. El alquiler coge fuerza frente a un concepto de compra que requiere de un compromiso hipotecario, avalado en la mayoría de casos por muchas garantías.
Es posible que ser “propietario” transmite de una manera cada vez más débil esa señal de estabilidad, riqueza y seguridad que habitualmente la distinguía. Por otra parte, podemos indicar lo que muchos psicólogos comentan, lo efímero se impone a lo perdurable. O también, al gran recelo que transmiten las entidades hipotecarias a la hora de conceder un préstamo. No cabe duda que la situación requiere de más mano dura en un momento en el que el mercado debe ser tan seguro que la concesión va ligada a muchas obligaciones.
Si lo planteamos bajo un punto de vista económico, en este momento, es mucho más rentable hipotecarse que alquilar. La caída de precios de las viviendas provocado por el exceso de oferta y la flexibilidad en las condiciones de pago, parece que se ponen de favor del mercado de la compra y venta. Aunque tenemos que indicar que la hipoteca como instrumento de compra genera miedos en ambas partes, tanto para el cliente como para el banco. En ambos casos, la cuestión reside en que las hipotecas no parece que se adapten con la rapidez que requieren los tremendos vaivenes de la economía. Unos vaivenes que pasan por la situación de miles de viviendas en los que el desempleo recorta la solvencia y capacidad para cumplir con las obligaciones económicas que se establecieron en épocas de bonanza.
Hipotecarnos nos ofrece la posibilidad de comprar en pagos mensuales, similares al pago de un alquiler, la vivienda de nuestros sueños. Nuestra vivienda, un concepto en torno al que girará nuestra vida de una forma estable. Un sueño que conseguiremos hacer realidad ya que confiamos en nuestra capacidad personal y económica. Un sueño que cumpliremos normalmente a un interés bajo, y en cómodos plazos.
El alquiler, sin embargo, nos ofrece la posibilidad de tener un margen de maniobra, de movilidad, en definitiva disponer de un poco de libertad. Sin duda el vínculo que formalizamos cuando alquilamos una casa es más flexible que el del hipotecado, ya que económicamente no tenemos que cubrir unas garantías tan altas. No debemos olvidar que si alquilamos nos estamos ahorrando algunos gastos como el mantenimiento, impuestos y contribuciones.
Una mayor flexibilidad económica que afecta directamente a nuestra libertad son ventajas que enriquecen la opción de alquilar frente a la de comprar. Por otra parte, estabilidad, facilidad en el pago e invertir con el fin de que un día sea tuya, sin tener que seguir pagando cuotas por vivir, además de tener un activo de gran valor, son características de hipotecarse.
Por lo tanto ¿comprar o alquilar? Las 2 alternativas a vivir en una casa, que en mi opinión dependen mucho de los factores particulares de cada persona. Si tu planteamiento de vida es más estable, en cuanto a residencia, trabajo, familia e inversión, sin duda la compra es la mejor opción. Además hay empresas como Ferco Gestión con las que conseguir una hipoteca barata es una tarea fácil.
Por otra parte, el alquiler te ofrece libertad de movimientos, residencia, trabajo, independencia,etc… muy valorado en situaciones como la actual.