comparador hipotecas

Comparador de hipotecas segun plazos y finalidad

 

comparador hipotecas

 

Cotejar préstamos hipotecarios es esencial para escoger el más económico que se acople a nuestras pretensiones, según sea la situación personal y económica. No es suficiente con examinar el tipo de interés de cada hipoteca, puesto que hay otros puntos que pueden hacer que una hipoteca rentable acabe siendo más cara que otra cuyo tipo de interés es más elevado. Aparte de utilizar un buen comparador hipotecas, es fundamental leer y comprender la letra pequeña, puesto que en muchas ocasiones oculta sorpresas muy desapacibles.

El tipo de interés
Obviamente, la primera variable que tenemos en consideración para cotejar diferentes hipotecas es el tipo de interés. En el caso de préstamos hipotecarios a tipo fijo, el que tenga el interés más bajo es el mejor.
Las hipotecas variables tienen una complicación añadida, puesto que no nos podemos fijar en el interés fijo inicial (que se aplica a lo largo de seis meses o bien un año, por norma general) ni, en consecuencia, equiparar las cuotas mensuales de este periodo. Hay que equiparar primero las hipotecas que tengan exactamente el mismo tipo de referencia (euribor por un lado, IRS o bien IRPH por otro), en base al diferencial que se aplica, y después examinar la evolución histórica de los referenciales, para poder ver cuál se amolda más a nuestras necesidades. El tipo de interés variable se compone de: Interés variable = tipo de referencia + diferencial.

Por consiguiente, hay que equiparar por conjuntos de hipotecas conforme diferencial y más tarde decidirse por el referencial que más nos convenga, labor nada simple en tanto que nos deberemos fundamentar en su evolución histórica, sin saber de qué forma evolucionarán en el futuro. Seleccionar entre un referencial y otro, en consecuencia, es una solución que determinará los intereses que acabaremos pagando en un futuro y de la que no podemos estar seguros, en tanto que no disponemos de datos futuros, sino más bien de pasados y presentes.

Plazo mínimo y máximo
El plazo mínimo no es jamás un inconveniente, pero el máximo puede serlo si es demasiado limitado. A más plazo, menos cuota mensual, aunque terminamos pagando más intereses. No obstante, quizá una hipoteca que a treinta años no nos la aprueben por endeudamiento, a cuarenta años sí termina firmada.

Finalidad de la hipoteca
Hay que tener mucho cuidado, de no cotejar hipotecas cuya finalidad sea diferente. Por poner un ejemplo, los préstamos hipotecarios para cambiar de banco o bien subrogaciones, acostumbran a ser bastante mejores que las hipotecas para adquirir una primera residencia, que por su parte, son más económicas que otra para adquirir unas segunda vivienda.

Según http://www.fercogestion.com/es/ podemos clasificar las hipotecas conforme su finalidad en:
* Hipotecas de pisos de bancos.
* Hipotecas para VPO (residencias de protección oficial).
* Hipotecas sobre recursos urbanos y sobre recursos rústicos.
* Hipotecas para adquirir suelo urbanizable.
* Para adquisición de una residencia frecuente.
* Para financiar una segunda vivienda.
* Subrogación de parte acreedora o bien hipotecas para cambio de banco.
* Reunificación de deudas y préstamos.
* Hipoteca inversa, en la que el dueño de la tercera edad que precisa llenar su pensión, hipoteca su residencia libre de cargas a cambio de una renta mensual.