Si charlamos de costes, pensamos velozmente en todos aquellos gastos incurridos en el momento de producir un producto o bien servicio, pero además hay que tener en consideración que no todos y cada uno de los gastos son costes ni todos y cada uno de los costes son gastos, así que puede haber un gasto incurrido por la compañía que no se considere costo atribuible a la generación de una unidad de producto o bien servicio, este es el caso por ejemplo del alquiler de instalaciones, pólizas, etcétera, y también puede haber un coste que no se considere gasto como los gastos de constitución.
Si nos centramos en el mero control de costes, la contabilidad analítica es la herramienta esencial para examinar la información relativa a los costos de los productos y servicios generados, a efectos de determinar el valor de las existencias y el costo de los productos vendidos, para poder trasmitir esta información a los administradores para que se pueda proceder a la confección de los estados contables.
Es recomendable resaltar que llevar un control de costes identificados no es exclusivo de las grandes empresas, es aplicable asimismo a Pymes tanto públicas como privadas, rentables o bien sin fines rentables, puesto que estos principios se pueden amoldar a las necesidades concretas de cada organización.
Un término esencial es el de Centro de coste, subconjunto de las grandes áreas funcionales de la compañía (aprovisionamientos, transformación, comercial y administración).
Los centros de coste pueden confundirse o bien ser agrupados en secciones, departamentos y divisiones.
Para una política de costes eficiente debemos seguir los siguientes pasos:
a) Clasificación:
En esta etapa se reúnen los costes con peculiaridades homogéneas, no obstante se acostumbran a clasificar por directos y también indirectos. Aquellos costes con una relación directa con el portador pasan a ser parte del mismo de forma directa. Para aquellos costes sin relación directa será preciso establecer una serie de variables medias que dejen trasferirlos con la mayor garantía.
b) Localización:
Se reparte el consumo de los costes indirectos entre los diferentes centros a través de la operación de distribución. Esta etapa acarrea un doble riesgo:
– Posible indeterminación de la organización de las secciones de la compañía.
– La falta de seguridad de las mediciones físicas, de las valoraciones y de los métodos de cálculo empleados para repartir los costes indirectos.
Las secciones cuyos costes indirectos y los portadores tengan relación directa se llaman principales y las que no la cumplen se llaman auxiliares. Los costes centralizados en las secciones auxiliares no pueden pasar de forma directa al portador. Para solventar este inconveniente aparece la operación de liquidación, consistente en traspasar los costes de las secciones auxiliares sobre los costes de las principales con relación a sus posibilidades, y ese traspaso será llevado a cabo a través de la llamada “unidad de obra”.
c) Imputación:
En esta etapa se traspasan los costes indirectos sobre los costes de los portadores. En esta fase es donde se reúnen los costes directos y también indirectos. Asimismo es en esta fase donde se calculan los portadores de costes adscritos al periodo, que son los costes comerciales y los costes de administración, los que expiran en ese periodo.
d) Periodificacíon:
A través de la operación de la tasación periódica de los ingresos, se calcula el coste global de la producción vendida a través de la suma del coste del periodo y el coste de los portadores vendidos. Conocidos el coste de la venta y los ingresos del periodo se puede calcular el resultado interno del periodo.
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